sábado, 26 de marzo de 2011

Como aumentar la rapidez mental

Lo que recomiendan los médicos para tener mejor memoria e incrementar la agilidad mental

En el que algunos ya llaman “el siglo del cerebro”, se busca conocer, cada vez con más ansias, los hábitos que pueden contribuir a un cerebro en forma. Es decir, a partir de lo que Natura brinda, qué hacer para explotar sus potencialidades y retardar su envejecimiento, consecuentes daños y disfunciones. Es hora de “cambiar el chip”: hay mucho por hacer con el cuore para que éste habite en mente sana.

HÁBITOS PRO SALUD CEREBRAL

Mantener una dieta variada y apropiada coopera con el correcto funcionamiento cerebral. Pero, ¡atención! Lejos de lo que se cree, no hay que enriquecerla especialmente para que cumpla esta importantísima función. El doctor Marcelo Merello, neurólogo jefe de la sección de movimientos anormales de FLENI (Fundación para la Lucha contra las Enfermedades Neurológicas de la Infancia) y co-director del departamento de Neurociencias de la institución, es claro cuando dice que “el cerebro como cualquier órgano humano requiere de un balance perfecto de nutrientes y minerales para su correcto funcionamiento; existe la errónea creencia popular de que este balance puede ser modificado por el suplemento de determinadas sustancias. Si el nivel de vitaminas en sangre es el normal, es innecesario. Uno sí puede evitar alimentos que por su contenido puedan producir incremento del colesterol o de la tensión arterial que puedan favorecer o predisponer a la enfermedad vascular”.

Los alimentarios no son los únicos hábitos que benefician nuestra cabeza. Hay determinados contactos sociales que colaboran con su bienestar: desde la meditación al arte, pasando por las amistades y grupos de aficionados a determinado hobbie. “Hay muchos trabajos que ya claramente determinaron que la actividad recreativa tendría cierto rol de neuroprotección contra el desarrollo de Enfermedad de Alzheimer, por ejemplo”, aclara el experto.

EL JUEGO COMO REGENERADOR NEURONAL

Efectivamente, a estas alturas, nadie duda que lo lúdico, en los niños, influye positivamente a su desarrollo cerebral. Sin embargo, los adultos, olvidadizos de este beneficio por el simple hecho de haber soplado determinado número de velitas en el último cumpleaños, dejan algunos pasatiempos de lado como si la madurez pasara por ahí.

El juego debe ocupar un lugar privilegiado dentro de nuestras ocupaciones cotidianas. “Hasta hace poco tiempo se creía que el cerebro contenía al nacimiento un número determinado de células nerviosas (neuronas) cuyo numero disminuía en forma paulatina con el envejecimiento; hoy se sabe que existe la neurogénesis: este cambio en la estructura es justamente el que determina cambios cuali y cuantitativos en la memoria y en el resto de las conductas adaptativas del sujeto, y es lo que comúnmente se conoce como neuroplasticidad o plasticidad neuronal”, explica Edgardo Cristiano, Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Italiano de Buenos Aires. “Determinados juegos que favorezcan el aprendizaje asociativo, estimularían este proceso de neurogénesis, que se verifica tanto en el cerebro del niño como en el del adulto, de modo tal que en el caso del niño favorecerían su desarrollo y en el caso del adulto, su función seria ‘neuroprotectora’ ya que estimularía la producción de nuevas neuronas (y sus conexiones), que en forma constante reemplazarían, complementarían o reforzarían conductas y actuarían retrasando la aparición de determinadas enfermedades neurodegenerativas”, se explaya el Jefe del Servicio de Neurología del Italiano.

En este sentido, una reciente investigación presentada por el Prof. Ian Robertson del Trinity College de Dublín, Irlanda, sugiere que el sudoku ayuda a mantener en forma el cerebro y mejora la memoria. La misma incluyó a unas 3 mil personas de entre 65 y 90 años que regularmente resuelven juegos de lógica y memorización, quienes en comparación con otro grupo que no es habitué a estos ejercicios, presentaban una actividad cerebral propia de personas con 14 años menos de edad. Diversión asociada a la salud, un argumento más que valioso para seguir jugando, ¿no es así?

CEREBRO EN ESTADO ATLÉTICO

Los ejercicios corporales también están asociados a una buena química cerebral. Sí, los deportes, además de beneficiar la salud de nuestro cuerpo físico, conspiran favorablemente en pos de la de nuestro cerebro. “Hasta hace menos de una década se creía que los deportes tenían impacto sobre todo en al aparato cardiovascular e indirectamente en el cerebro, mediante un mejor aprovechamiento del oxígeno y otros nutrientes. Se ha observado, sin embargo, que el ejercicio físico promueve, entre otras cosas, la producción de hormona de crecimiento por parte del cerebro y ésta, a su vez, estimula la producción de una sustancia llamada IGF-1 (en inglés, factor de crecimiento insulina like) por parte del hígado. Esta última, es un estimulador de la neurogénesis (producción de nuevas neuronas y sobre todo nuevas conexiones o sinapsis entre ellas), lo que explicaría cómo el ejercicio tendría un importante rol en la plasticidad neuronal y nuevamente en la neuroprotección”, asegura el especialista.

No hay dudas: el cerebro, la máquina más compleja jamás inventada, puede funcionar aún mejor si al “chasis” que viene dado (y heredado), se lo acondiciona y pone en marcha cada día, sin excepción, exigiéndole lo máximo que puede dar; no menos.

CÓMO MANTENER LA MENTE EN FORMA *

  • A partir de los 50 años, controle periódicamente sus habilidades mentales (memoria, atención, planificación, etc.) realizando una evaluación sistemática de las mismas.
  • Lleve un estilo de vida sano sin abusar del alcohol y el tabaco.
  • Realice ejercicio físico periódicamente.
  • Evite situaciones de estrés emocional y mantenga una vida relajada que le permita disfrutar de las actividades de ocio.
  • Mantenga una amplia gama de intereses y hobbies.
  • Intente mantener una vida socialmente activa.
  • Intercambie momentos y opiniones con personas de menor edad.
  • Realice periódicamente ejercicios para mantener su mente activa.

* Por Dr. Facundo Manes, Director del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro; Prof. de Neurociencias Cognitivas (UCA) y Director del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO).

12 formas de MANTENER ACTIVA LA CABEZA

Aunque se use, el cerebro no se gasta. Por el contrario, es un resguardo para retrasar su deterioro con el paso de los años. Algunos de los ejercicios que permiten mantener la mente en forma son:

  1. Escuchar música: la estimulación del oído aumenta la conexión entre neuronas. Se ha comprobado que el cerebro de los músicos está más desarrollado. En bebés, facilita la adquisición de lenguaje.
  2. Ejercitar con juegos del tipo Brain Training: se trata de un software para agilizar las habilidades cognitivas. Incluye juegos como los crucigramas que estimulan el acceso y evocación lexical ó el de buscar diferencias o memo-test que ayuda a ejercitar la memoria de trabajo, el análisis perceptual y la atención endógena.
  3. Leer: es un tipo de “gimnasia mental” que contribuye a la construcción mental. Alimenta los procesos de memoria e imaginación.
  4. Aprender un idioma: propicia el regeneramiento neuronal.
  5. Jugar al ajedrez: una partida se constituye un ejercicio mental que implica cálculo, organización y la toma de decisiones.
  6. Armar rompecabezas: su práctica contribuye al desarrollo intelectual.
  7. Tener una vida social satisfactoria: conforta y eleva nuestra capacidad mental; tiene efectos estimulantes para el cerebro y la conducta.
  8. Mirar una película y explicar la trama con detalles a alguien que no la haya visto.
  9. Hcer las cuentas mentalmente en el supermercado y luego compararlas con el resultado que le diga la cajera.
  10. Cuando atiende el teléfono, trate de reconocer al que llama, antes que se identifique. Luego intente memorizarlo. Al final del día escriba todas las personas que llamaron.
  11. Cuando entre en un cuarto lleno de gente trate de estimar rápidamente cuánta gente hay a su derecha y cuánta a su izquierda.
  12. Cuando cene en un restaurante o casa de un amigo trate de identificar los ingredientes utilizados en el plato que está comiendo. Concéntrese en los sabores sutiles. Luego verifique sus percepciones con el mozo o su amigo.

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